Está ubicada en una colina de San Sebastián. La propietaria deseaba ver el mar y estar protegida de los vientos del noroeste.
Es una casa de 140 m2 construidos: 120 m2 útiles.
Se han utilizado criterios bioclimáticos, enterrando la casa y con una torre-invernadero.
En el invernadero se ubican las zonas de día y en los brazos que protegen al octógono los dormitorios y baños.
Los acabados naturales de barro, madera y aceites, y el diseño del octógono consiguen espacios muy armónicos.